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Hoy en día, un Bachelor en Ciencias Ambientales tiene en cuenta este relevante factor.
Antes de nada, conviene que definamos correctamente lo que entendemos como energía asequible y no contaminante. Básicamente, es aquella que se puede obtener fácilmente a través de la naturaleza y que, además, no genera unas externalidades negativas en la atmósfera, como contaminación, a diferencia de lo que pasa con las energías no renovables.
En las últimas décadas, este concepto ha ganado peso a partir de la aprobación de los ODS y la Agenda 2030. El ODS 7, concretamente, habla de este punto como central dentro de las estrategias de desarrollo.
El ODS 7 de energía asequible y no contaminante es central porque tiene que garantizar varios aspectos.
la crisis energética derivada de la Guerra de Ucrania en 2022 dificultó el acceso a la energía a algunos sectores de la población, deteniendo la progresión, hasta la fecha. El objetivo de energía asequible lleva consigo el acceso universal a medio plazo a energía sostenible para reducir la pobreza.
los ODS buscan reducir la huella de carbono y garantizar un planeta habitable para todas las personas. Por esa razón, se priorizan las fuentes de energía no contaminantes.
no se trata únicamente de evitar la contaminación, sino de garantizar el acceso futuro a la energía. Y esto solo se consigue con fuentes de energía no contaminantes que garanticen el desarrollo económico.
En definitiva, la importancia de la energía asequible y no contaminante se ve reflejada en el ODS 7 porque es estratégico para garantizar la equidad en el acceso energético.
El principio de contar con fuentes de energía asequibles y que no contaminen es esencial por varios motivos. En primer lugar, porque hay un objetivo de descarbonización. Por otra parte, porque los combustibles de origen fósil son finitos. Finalmente, porque existen alternativas que permiten realizar las mismas funciones sin problemas, tanto energías verdes como renovables.
Las fuentes de energía asequible y no contaminante son, básicamente, las energías renovables, aunque no tienen por qué ser las únicas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace hincapié en las energías solar, eólica y térmica. Esta entrada hace hincapié en los pros y los contras de cada una de estas fuentes.
La energía solar, también denominada fotovoltaica, es aquella que se genera con la luz del sol. Básicamente, se utiliza un panel que capta la energía y, posteriormente, la procesa. La aplicación es versátil y sirve para industrias, edificios públicos e, incluso, viviendas particulares. Los paneles solares tienen un impacto visual, pero esta energía es asequible y no contaminante. La principal limitación, sin embargo, es que no sirve para cualquier territorio porque es poco funcional en zonas donde los rayos del sol sean oblicuos y porque la energía solar es limitada en determinadas horas del día. Aunque esta energía renovable se utiliza desde hace varias décadas, su peso relativo en el mix mundial es reducido; en 2024, después de un periodo de crecimiento, suponía un 6,9 % del total.
La energía eólica es aquella que se genera gracias a la fuerza del viento en zonas ventosas, sobre todo en montañas o en el mar. Los paneles de energía eólica son una opción porque esta es renovable y se obtiene de forma natural. Ahora bien, uno de los problemas está en el hecho de que solo se genera energía cuando hay viento. Por lo tanto, depende, y mucho, de la zona de instalación. La energía eólica es una de las opciones preferidas por las instituciones; actualmente, representa entre un 7 y un 8 % del mix energético mundial.
La energía hidroeléctrica es aquella que se obtiene a partir de la fuerza del agua; esta, que está estancada, cuando se libera genera electricidad. Este tipo de energía es asequible a largo plazo, pero genera un impacto ambiental elevado porque se necesita anegar una zona. Ahora bien, sí que se trata de una energía renovable e infinita, a priori. Una variante sería la energía mareomotriz que, en vez de embalses, aprovecha las olas y movimientos del mar. En 2020 generó 993,04 millones de toneladas. Sigue siendo la principal fuente de energía renovable por su peso específico y algunas variantes son las más eficientes.
La energía geotérmica, o termal, es aquella que se genera a partir del calor de la tierra. Lo cierto es que esta es una de las alternativas más antiguas. La implementación práctica se realiza, por lo general, en lugares que ya tienen esta infraestructura. En la época de Roma existían varios centros de energía termal que se utilizaban, sobre todo, para los baños. Hoy existen distintas centrales industriales o sistemas endógenos para viviendas. El problema está en que esta energía sí que genera contaminación a través de las emisiones. Hoy la energía geotérmica tiene un papel muy reducido en el mix energético mundial y, en la mayoría de los casos, localizada en países con facilidades objetivas.
La biomasa
es, también, una forma de aprovechamiento de recursos naturales. Es uno de los sistemas más antiguos que existen. La biomasa requiere de una gran producción forestal cuyos restos se utilizan para generar energía eléctrica. Hay una ventaja importante y es que se tiene que generar masa forestal. El principal problema radica en que, si se genera energía en cantidades industriales, hay generación de gases contaminantes. Por lo general, la biomasa ha tenido éxito en países del centro y norte de Europa, con una gran superficie forestal, aunque sus cifras en el mix energético mundial son reducidas y su papel es claramente secundario en el total.
Existen numerosos ejemplos uso de energía limpia y no contaminante. Estos son algunos de ellos:
Los paneles solares en viviendas y empresas son cada vez más habituales. Si hablamos de residencias, sobre todo en viviendas unifamiliares, aunque se van introduciendo en comunidades de propietarios. Hay empresas que hacen un uso intensivo de paneles solares en sus instalaciones en España (locales y almacenes), como Mercadona, IKEA, Nestlé o García-Carrión, entre muchas otras.
La instalación de parques eólicos en España ya está extendida hasta el punto de que supone un 28,3 % del mix energético del país, y en aumento. Los parques eólicos terrestres son claramente mayoritarios y se van construyendo parques marinos.
La energía hidroeléctrica tiene una tradición importante en España y la tendencia es a renovar las concesiones actuales para la generación eléctrica a gran escala. Hoy en día, sigue representando un 13,3 % del mix energético en España.
Los sistemas de calefacción geotérmica son otra opción de energía asequible y no contaminante. Hasta ahora, el ejemplo más claro lo tenemos en Canarias, donde se está intentando desarrollar esta fuente de energía gracias al origen volcánico del archipiélago.
La biomasa es minoritaria en España, pero hay algunos casos de éxito de generación de energía con residuos orgánicos. De hecho, ya existen 6 plantas de biometano en España y se están construyendo nuevos proyectos, tanto privados como públicos (en La Ribera Navarra, por ejemplo).
Existen algunas pautas para lograr el acceso universal a la energía asequible y no contaminante. Estas son las más importantes:
Invertir en infraestructuras limpias permitirá un acceso universal a la energía asequible y no contaminante en el futuro. Los parques eólicos, solares, hidroeléctricos, las plantas de reciclaje, depuración o potabilización o compostaje son ejemplos. Pero también podemos hablar de las infraestructuras de transporte eléctrico, como autobuses, trenes o tranvías. En definitiva, todo lo que vaya contra la descarbonización será positivo.
El desarrollo de tecnologías sostenibles es, también, una forma de apostar por energías asequibles y no contaminantes. La idea es simple, necesitar menos energía para realizar las mismas funciones. Esto lo podemos ver en equipos informáticos, pero también en vehículos o electrodomésticos. Y las políticas de I+D+i de las empresas van en esta dirección.
El foco de las políticas públicas es igualmente. La implementación práctica de la Agenda 2030 y los ODS obliga a establecer una legislación que apueste por las energías renovables. Igualmente, la cooperación internacional, tanto de los gobiernos como de los foros internacionales, también contribuye a lograr este objetivo a nivel global.
La energía asequible y no contaminante es un reto para la ONU y para los distintos gobiernos internacionales. Cualquier persona que administre una empresa o una institución pública ha de conocer qué fuentes pueden contribuir a la descarbonización, así como sus pros y contras. Con esta información, es más fácil tomar decisiones acertadas.