Los actuales tiempos requieren de una mayor concienciación social cuando se diseña. Por lo tanto, los conceptos de diseño sostenible y ecodiseño están en boga. La formación en Diseño permite distinguir ambas vertientes.
El principal elemento a distinguir entre los diseños sostenibles y ecodiseño es el punto de partida. Ambos son diseños concebidos para no dañar el medio ambiente, pero no son conceptos sinónimos.
Cuando se habla de diseño sostenible, hay que referirse al medio ambiente, pero también a las vertientes económica y social. En cambio, el ecodiseño se centra solo en las cuestiones estrictamente medioambientales. Esto toma más importancia, si cabe, ante la estrategia de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Lo cierto es que aplicar criterios de sostenibilidad es fundamental en todas las fases del proceso. Ahora bien, en el diseño esta cuestión es crítica porque, según los estudios de la Agencia Federal Alemana del Medio Ambiente, hasta el 80 % del impacto ambiental que va a generar un producto se define durante la fase de diseño.
No ha de extrañar, pues, que hoy el concepto de diseño tenga una importancia clave. La cantidad de problemas que se pueden generar por un diseño defectuoso o socialmente irresponsable son varios. Además, la imagen social que tiene no respetar determinadas pautas es muy negativa.
Como se puede ver en las siguientes características, en el primer caso hay un salto cualitativo con respecto al segundo. Toma nota, porque esto te interesará:
Los diseños sostenibles buscan que cualquier producto que se cree aporte un beneficio al conjunto de la sociedad. Y, lo más importante, que este beneficio sea integral y que no comprometa el desarrollo futuro. Esto es, que da importancia a todo el ciclo de vida del producto. Los principales pilares que se tienen en cuenta son los siguientes.
Estamos, pues, ante un enfoque holístico. Es evidente que, en productos o artículos de ciclo de vida largo, no se pueden prever todas las variables. Aun así, el esfuerzo es reducir los problemas en la medida de lo posible.
El ecodiseño toma como elemento principal y único la sostenibilidad medioambiental. Por lo tanto, durante el proceso se comprobará cuál es el impacto ambiental que se puede generar. Esto se aplicará para los materiales de fabricación pero también se hará una previsión de consumo energético y, cómo no, de gestión de residuos.
Un ejemplo de ecodiseño que se generalizó en la década de 1980 fue la del plástico biodegradable. Ante el problema de las toneladas de basura contaminante que tardaban siglos en destruirse, se creó un tipo de plástico que se descomponía ante la acción del sol. A partir de entonces, se han multiplicado las experiencias útiles para minimizar los daños ecológicos.
A diferencia de los diseños sostenibles, el ecodiseño toma como referencia primordial la cuestión medioambiental, aislando las demás consideraciones. En realidad, el ecodiseño apareció antes, así que tampoco ha de extrañar que los enfoques sean distintos. Al fin y al cabo, esta es una forma de marcar la diferencia.
Lo cierto es que, aunque el ecodiseño es positivo, es un concepto en vías de ser superado. Hoy no se pide solo un diseño ecológico, sino también un diseño justo, equitativo e inclusivo.
El diseño industrial ha experimentado en las últimas décadas un cambio cualitativo. Si bien en un primer momento se trataba de reducir el impacto ambiental, ahora se va mucho más allá. La Agenda 2030 lo que busca es aunar el necesario crecimiento económico con la justicia social y el equilibrio ambiental.
Esto significa que cualquier producto que se diseñe ha de considerar, en la medida de lo posible, estas cuestiones. Y no es solo una cuestión de concienciación social, es que los gobiernos también están poniendo incentivos. Hay impuestos medioambientales, leyes contra la discriminación salarial y, en definitiva, mecanismos para garantizar la equidad. Esto hace que, quien se inicia en el diseño, tenga que tener en mente este concepto ya de entrada.
Lo ideal, para tener una guía clara, es que se implementen unos protocolos genéricos para actuar. Posteriormente, y en relación con el producto o diseño concreto, se pueden añadir otras consideraciones. Esto hará más fácil la tarea e impedirá problemas cotidianos cuando se quiera realizar una propuesta de valor.
En consecuencia, se trata de ir un paso más allá, tanto en empresas privadas como en instituciones públicas. Es importante señalar que, en el futuro, esto ya no será una opción, sino una obligación a priori.
El diseño sostenible es uno de los retos para los encargados de idear nuevos productos. En consecuencia, en cualquier ámbito conocer qué significa este concepto y aplicarlo es sumamente importante. Es bueno, pues, que sepas cuáles son las aplicaciones prácticas de este concepto y diferenciarlo de ecodiseño.