El concepto de cadena logística (a veces se utiliza el sinónimo ‘cadena de suministro’) engloba todos los procesos de aprovisionamiento, distribución y entrega de una mercancía o materia prima, así como la información que se tiene que compartir.
En definitiva, lo que se quiere es garantizar las entregas (y devoluciones) en tiempo y forma. Esto sirve para varios ámbitos, pero la logística industrial es especialmente importante por su peso específico. Todo esto implica el concurso de varios agentes, de manera que estamos ante unos procesos con una cierta complejidad.
Esta, además, es una disciplina con varias salidas en la logística industrial. ¿Quieres saber más acerca de cómo funciona una cadena logística? No te preocupes, aquí te explicamos mejor de qué manera.
Los procesos logísticos son fundamentales en las empresas industriales para su correcto funcionamiento. Podemos destacar los siguientes elementos:
Cumplimiento de los plazos: lo primero que hay que señalar es que, si la cadena de suministros funciona bien, se cumplirán los plazos de fabricación y entrega. A nadie se le escapa que esto es clave para cumplir con el día a día de una industria.
Gestión de costes correcta: en segundo lugar, si la cadena logística funciona bien, se abaratarán los costes; por contra, si hay retrasos injustificados, los mismos pueden aumentar. Ahí entran, también, cuestiones como la contratación de los viajes o la gestión del espacio.
Garantizar la conservación de la mercancía: controlar la trazabilidad de la mercancía y de las materias primas es esencial. En consecuencia, los procesos logísticos tienen que encargarse de cumplir con estas premisas.
Reputación corporativa: cuando se trata de distribuir mercancías, hacerlo en tiempo y forma va en favor de la imagen corporativa. En cambio, incumplir hace un daño importante a la imagen de marca.
Tener en cuenta todos estos elementos es relevante para una correcta gestión de mercancías.
En la cadena logística, o de suministros, intervienen varios agentes. Por otra parte, se tiene que tratar de forma interdisciplinar; conviene tenerlo claro de entrada. Aquí los clasificamos de forma cronológica, porque sabemos que la trazabilidad es esencial:
Las empresas proveedoras de mercancía son el primer eslabón. Aquí incluimos cualquier compañía que proporcione materia prima o un producto semiacabado que necesite una manufactura. Es responsabilidad de una empresa industrial controlar los flujos de mercancía e información para que lleguen en tiempo y forma.
La industria transformadora constituye el segundo escalón, y el más importante. Aquí no se trata solo de recibir la mercancía, sino de almacenarla adecuadamente y, finalmente, comprobar que está en perfecto estado antes de pasar al siguiente paso.
En función de las características de la industria, el canal de distribución puede ser corto (al cliente final) o largo (a una empresa distribuidora). Esto, evidentemente, influye en los tiempos y en la asunción de responsabilidades.
La distribuidora es la encargada de recoger la mercancía y enviarla al cliente final. Aquí la trazabilidad es crucial, así como el mantenimiento de la mercancía en perfectas condiciones y la entrega en plazo.
Dependiendo del sector de actividad, el trabajo de la distribuidora es distinto. Aquí podemos hablar de las agencias de transporte o de paquetería, que llevarán el artículo al cliente final, pero también de las distribuidoras de alimentación o componentes industriales que envían el artículo a un comercio. En ocasiones, es la propia empresa fabricante la que se encarga de distribuir el producto.
Sea como fuere, este agente suele tener un peso importante en las cadenas de suministro. Y no podemos obviar su importancia, sobre todo cuando el eCommerce se está generalizando.
El cliente final es la persona que da su visto o bueno, o no, a la entrega. Y también tiene un papel importante, porque, en caso de rechazo, se tienen que gestionar las devoluciones; este es otro de los puntos que ha de trabajar una empresa.
Existen varios consejos para lograr la optimización de la cadena logística y, así, funcionar mejor. Echa un vistazo, que esto te interesará:
Establecer las necesidades: lo primero que hay que tener claro es lo que se necesita para cumplir con los objetivos. Es decir, cantidades de suministro, de almacenamiento y envíos, así como los destinos.
Planificar correctamente lo necesario: posteriormente, se tienen que asignar los recursos. Y, lo más importante, hacer una planificación de funcionamiento, para que de esta manera se sepa a qué atenerse. Esto es decisivo para garantizar una buena gestión de la cadena.
Utilizar herramientas de conectividad: el uso de herramientas de conectividad, tanto para la mercancía como para quien se encargue de almacenarla y transportarla, es clave. Así se conseguirá controlar la trazabilidad y resolver más rápido las incidencias.
Realizar revisiones periódicas: las revisiones periódicas son muy importantes, puesto que permiten saber si los procesos se están cumpliendo como se tenía planeado. En este caso, lo conveniente es establecer una comprobación periódica para, de esta manera, adelantarse a la problemática.
Preguntar al cliente final: las opiniones de las personas implicadas en la cadena son relevantes, pero mucho más las del cliente final. En este caso, no hay que temer a hacer preguntas para saber en qué se puede mejorar. Definitivamente, esto servirá, y mucho.
Con todos estos elementos, es posible mejorar, y mucho, el funcionamiento de tu cadena logística. Es conveniente, pues, que tengas en cuenta estos puntos para que, a la larga, no haya problemas.
La cadena logística es un elemento clave para un correcto transporte, almacenamiento y transformación. En consecuencia, conocer todo lo que tiene relación es crucial para proporcionar un buen servicio. Por supuesto, quien se esté formando en Ingeniería en Organización Industrial ha de tener esta información.