En la Universitat Carlemany creemos que los valores de una empresa sostenible y comprometida tienen que ser sostenibles en sí mismos: justos, coherentes y duraderos. Esta cuestión es central en un Bachelor en Ciencias Ambientales. Para nosotros el compromiso con la Agenda 2030 es uno de nuestros valores principales, por ello en nuestro Plan de Acción ODS lo hemos materializado y hecho público.
Sabemos que son muchas las empresas que, como la nuestra, están dedicando esfuerzo y recursos para mejorar sus sistemas de producción y de trabajo, con el fin de reducir su impacto en el medioambiente. Incluso están yendo más allá para aumentar su impacto positivo en el entorno en que operan. Algunas de ellas tienen ya un amplio recorrido hecho, otras, en cambio, acaban de comenzar a aportar en la lucha contra el cambio climático y apoyar iniciativas responsables.
Hoy vamos a contarte qué diferencia a estas corporaciones sensibilizadas que ponen en su centro la sostenibilidad en las empresas incluso cuando no es lo más "rentable" en el corto plazo. Queremos que reciban el apoyo que merecen y para ello es necesario dar a conocer su importancia en el desarrollo y el asentamiento del pensamiento sostenible.
El punto de diferencia entre una empresa sostenible y una tradicional está en el enfoque de su actividad, con independencia del sector.
Por ejemplo, todas las actividades, en mayor o menor medida, generan externalidades. Una empresa sostenible es consciente de ello y buscará la manera de reducirlas.
Otro caso es el del uso de los recursos. La idea de una empresa sostenible es la de aquella que utiliza los recursos pensando en que estos se puedan regenerar de cara al futuro. Las empresas tradicionales no lo tendrían en cuenta.
Y, finalmente, una empresa sostenible tiene en cuenta el entorno social en el que trabaja. Esta cuestión se soslayaba en las empresas tradicionales, incluso en la industria.
Cuando hablamos de sostenibilidad empresarial tenemos en cuenta los 10 Principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas. Porque la sostenibilidad corporativa tiene que fundamentarse de forma clara en los valores. Y además de cumplir con lo esencial, que es el respeto a los derechos humanos, del trabajo, cuidado de medioambiente y lucha contra la corrupción, logran asentar unos principios que les aseguran el éxito en el tiempo.
Los 10 principios antes mencionados, que se dividen en los referentes a medioambiente y derechos humanos, son estos:
Una vez conocidos cuáles son los principios que deben primar en la sostenibilidad empresarial que quiera aumentar su impacto positivo en el planeta, pasamos a hablar de los valores de una empresa sostenible. Recordamos que la sostenibilidad es un modo de entender y actuar en consecuencia con lo sentido. Y que el desarrollo sostenible surge como concepto al poner frente a frente las necesidades de la sociedad actual, sus demandas, con las necesidades y demandas de quienes nos relevarán en este planeta en los próximos años o décadas.
Por lo tanto, los valores de una empresa sostenible van en línea con los 10 Principios del Pacto Mundial y con el concepto de sostenibilidad como lo entendemos en la actualidad. En esta lista te mostramos algunos de ellos, los que consideramos más relevantes, hay más.
El concepto de suficiencia está asociado a la reducción en el uso y en el consumo. Consiste en minimizar siempre que sea posible, simplificar y reducir hasta lo que es realmente suficiente.
En la equidad y justicia lo que se persigue es la garantía de acceso a los recursos y que este sea justo e igualitario.
La idea de inclusión social es esencial para alcanzar sociedades en las que no exista la discriminación y todos tengamos las mismas oportunidades.
Participación y democracia como causa y como efecto deseado. A través de estos valores se consigue la libertad real.
La eficiencia ecológica es otro valor clave, en cuanto a la producción y el consumo de las energías.
Promover la Biodiversidad y espacios verdes mediante el cuidado, protección y preservación de la naturaleza, fauna y flora.
Derechos Humanos, porque tenerlos como valor permite actuar con una perspectiva socialmente justa.
Comercio Justo y ética en la inversión como modo de favorecer al desarrollo de las zonas más desfavorecidas del planeta y de garantizar sistemas económicos más sostenibles.
Consumo sostenible, pensando en cada momento en la reducción, la reutilización y el reciclaje.
Cuidar de lo local, estableciendo el negocio en un territorio e interactuar con el mismo. Asimismo, potenciando las relaciones entre empresas de la zona para favorecer el desarrollo social y económico local.
Durabilidad y flexibilidad, poniendo en el centro la coherencia al tomar decisiones, así como ser capaces de afrontar los cambios de una manera flexible y adaptativa.
Promover los valores de Salud y bienestar entre trabajadores, colaboradores y clientes. Aplicándolo en sus planes de recursos humanos, de comunicación y visibilidad.
Actuar en el presente reflexionando en el futuro, teniendo una visión de futuro coherente con los 10 Principios y los valores sostenibles. Que implique el esfuerzo y la constancia, pero también la ambición de querer lograr un mundo mejor.
Estos son algunos de los valores de una empresa sostenible que deben aplicarse en las medidas relacionadas con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las empresas.