La psicología de la personalidad ha sido, desde sus orígenes, la rama que ha llamado más la atención a gran parte de la sociedad. Esto puede deberse a la idea errónea de que el profesional de la psicología es capaz de averiguar los tipos de personalidad de los individuos tras realizar un test. Y ofrecer así respuesta al porqué de lo que hacemos, pensamos y sentimos.
Lo cierto es que la cuestión va más allá. El estudio de la personalidad permite establecer relaciones entre nuestra manera de entender y relacionarnos con nuestro entorno y nuestras conductas. Esto ayuda a realizar predicciones de comportamiento bastante próximas a la realidad.
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Han sido muchos los autores que a lo largo de la historia han abordado el estudio de la personalidad, y esto ha dado pie a varias corrientes. No obstante, en grandes términos pueden agruparse en 5 vertientes principales: la psicoanalítica, la conductista, la cognitivista, la humanista y la biopsicológica.
Cada corriente ha dado como resultado teorías cuya construcción se basa, en parte, en la causa subyacente a los tipos de personalidad identificados y a los modelos en que se enmarcan. Asímismo, encontramos teorías que son consecuencia de otras, o que se complementan.
No es sencillo responder a esta pregunta, ya que no existen datos que permitan hacer afirmaciones globales.
Además, hay que tener en cuenta que la personalidad es un constructo variable, es decir, puede sufrir modificaciones a lo largo de la vida, porque se ve influido no solo por lo hereditario, sino también por el ambiente y el aprendizaje. Así, no es posible establecer tipos comunes de personalidad, aunque sí rasgos en cierto modo estables de personalidad.
La aplicación práctica de este conocimiento ha sido notable en ámbitos como la selección de personal. De hecho, el uso de pruebas de personalidad en el campo de los recursos humanos sigue siendo, a día de hoy, esencial.
Hay que señalar que estas pruebas no pretenden ser herramientas evaluadoras de los trastornos de salud mental. Por lo que su uso e interpretación deben ceñirse a la descripción de personalidades y de los comportamientos más habituales relacionados. Aunque sí pueden indicar ciertas tendencias relacionadas con trastornos de salud mental.
Dicho esto, veamos cuáles son los tipos de personalidad que existen y que se emplean en la actualidad para el estudio del comportamiento y desempeño profesional.
Los tipos de personalidad son definidos en función de distintos rasgos y, según la teoría que se decida aplicar, pueden variar. Aquí queremos presentar los factores que suelen emplearse para definir dichos tipos.
Existen cinco dimensiones básicas de la personalidad ampliamente aceptadas y empleadas en la psicología. Se basan en el modelo del Big Five o Cinco Grandes.
Este modelo es una taxonomía o clasificación de rasgos de personalidad que analiza cinco dimensiones básicas que fueron halladas experimentalmente en una investigación sobre las descripciones de personalidad (Goldberg, 1993).
Como hemos señalado, hasta el momento se han definido diversos tipos de personalidad. Vamos a hablar ahora sobre los 16 tipos del Indicador de Myers-Briggs, basado en las teorías de Carl Jung. Este indicador emplea cuatro dicotomías con dos extremos cada una para estudiar la personalidad:
Esta prueba es empleada principalmente en entornos organizativos, para realizar procesos de selección o capacitación.
Hay autores que no apoyan este tipo de indicador, por la ambigüedad de las definiciones. Nos referimos al efecto Forer, que hace referencia a que, al ofrecer descripciones ambiguas, cualquiera puede sentirse identificado en diferentes tipos.