Hoy veremos cuáles son las teorías del aprendizaje más importantes y cómo se utiliza hoy en día; en concreto, en el ámbito educativo. Si quieres profundizar más porque te apasiona el funcionamiento de la mente y el comportamiento humano, no dudes en formarte profesionalmente con el Bachelor en Psicología de la Universitat Carlemany. Es una formación completa con la que obtendrás todas las competencias necesarias en esta disciplina, y que te permitirá enfrentarte desde la ética y la responsabilidad a diferentes proyectos.
La psicología del aprendizaje es una rama de la psicología que estudia los procesos que siguen los seres humanos y otras especies para adquirir, modificar o eliminar conocimientos, habilidades, conductas y valores a partir de la experiencia.
Por tanto, el objetivo que persigue es analizar la forma en que creamos nuevas asociaciones mentales, desarrollamos representaciones mentales, y cómo se afianzan los recuerdos.
Para lograrlo, la psicología del aprendizaje se sirve de métodos empíricos y experimentales. Estos son los que permiten observar y explicar cómo respondemos a nuestro entorno, cómo integramos la información nueva y cómo vamos adaptando nuestras respuestas en función de lo que se ha aprendido previamente.
Sin embargo, no se trata de almacenar datos en diferentes contextos, sino que se pretende identificar leyes que sean universales. Es decir, patrones que determinan los cambios conductuales y cognitivos en cualquier contexto. Este conocimiento funcional se fusiona después con las diferencias individuales de cada persona, para introducir o potenciar cambios que vayan en su beneficio particular.
La psicología del aprendizaje tiene de antecedentes a la teoría asociacionista clásica, el empirismo británico o la teoría de la evolución de Darwin, entre otros. Sin embargo, sus inicios tal y como la conocemos ahora tuvieron lugar a finales del siglo XIX.
Los primeros estudios se centraron en el comportamiento observable, que estaban influenciados por el enfoque experimental de esa época. Una de las figuras más importantes fue Ivan Pavlov, que realizó experimentos como el del perro sobre el condicionamiento clásico, en el que el sonido de una campana moldeaba la conducta del animal. Pero también Edward Thorndike, con la Ley del Efecto, que demostraba que las conductas tienden a repetirse cuando tienen consecuencias positivas.
A comienzos del siglo XX, llegó el conductismo; primero de la mano de John B. Watson y después de B.F. Skinner. Este enfoque considera que cualquier aprendizaje se puede explicar a través de estímulos y respuestas observables, sin entrar en los procesos mentales internos que intervienen.
Sin embargo, a partir de los años 50, la psicología cognitiva tomó el relevo, con psicólogos como Jean Piaget y Jerome Bruner. En esta rama, la atención sí se ponía en los procesos internos del pensamiento, y por tanto, en la construcción activa del conocimiento.
Hoy en día, esta visión sigue siendo relevante dentro de la psicología del aprendizaje. Pero se combina con neurociencia y otras herramientas teóricas y metodológicas. Además, se están integrando aportes de la inteligencia artificial, la psicología evolutiva y la educación, entre otros campos. Pero todas estas aplicaciones no se limitan a la educación formal. También están presentes en campos como la prevención y el comportamiento vial, donde la psicología en la conducción utiliza principios del aprendizaje para fomentar hábitos seguros y modificar conductas de riesgo.
Con el paso de los años, desde que comenzó a estudiarse el comportamiento y el aprendizaje significativo, fueron surgiendo diferentes teorías. Alguna ya la hemos mencionado, como el conductismo, pero vamos a verla en mayor profundidad, junto a tras teorías.
El conductismo propone que el aprendizaje es el resultado de las asociaciones entre estímulos y respuestas. Skinner, desarrolló la teoría del condicionamiento operante, y demostró cómo la conducta se puede reforzar o debilitar mediante recompensas o castigos. Esta teoría influyó en el diseño de programas educativos estructurados y en los sistemas de refuerzo y motivación.
El cognitivismo surge como una reacción al conductismo, y se centra en los procesos mentales que intervienen en el aprendizaje: percepción, atención, memoria, pensamiento. Piaget propuso que el desarrollo cognitivo se produce en etapas, y que, desde la infancia, se puede construir activamente el conocimiento. A partir de esta perspectiva, los métodos de enseñanza pasaron a centrarse más en la comprensión que en la repetición.
El constructivismo surge a partir del cognitivismo, y defiende que el conocimiento no se transmite, sino que se construye a partir de la experiencia. Vygotsky introdujo la importancia del contexto social en los estilos de aprendizaje, así como el concepto de “zona de desarrollo próximo”. Hoy en día, muchas metodologías activas en educación se basan en este enfoque.
Existen otras teorías intermedias como la del aprendizaje social, que establece que los menores copian a los adultos para aprender. Sin embargo, el conectivismo es interesante porque es actual y relevante, ya que se desarrolla en la era digital. Propuesta por George Siemens y Stephen Downes, establece que saber dónde encontrar la información en la red y cómo conectarla, es tan importante como la información misma. Se aplica al aprendizaje online y los entornos colaborativos.
La psicología del aprendizaje continúa teniendo relevancia en el ámbito educativo, ya que permite comprender cómo se adquieren conocimientos y habilidades, y cómo adaptarse a los diferentes ritmos, estilos y necesidades del alumnado. Este enfoque es fundamental en la psicología educativa, que analiza cómo mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en cualquier contexto formativo.
Las teorías conductistas, por ejemplo, han desarrollado estrategias de refuerzo y moldeamiento de conductas. El cognitivismo ha influido en la organización del contenido por niveles de dificultad o en la atención a los procesos de memoria y atención. El constructivismo, por su parte, ha transformado los estilos de enseñanza y han aparecido las metodologías que involucran activamente al alumnado en su propio aprendizaje, a través de proyectos o trabajo cooperativo.
En la Universitat Carlemany, se estudia este enfoque, pero también se aplica al diseño de nuestros programas formativos. En el caso del Bachelor en Psicología, que integra contenidos sobre aprendizaje, desarrollo y motivación, y que sigue una metodología práctica para aplicar estos conocimientos en diferentes contextos educativos.
Y puesto que se trata de una formación online, se apoya en principios conectivistas, que fomentan la autonomía del estudiantado y la construcción activa del conocimiento a través de entornos digitales y colaborativos. De este modo, lejos de ser una formación teórica, es una experiencia práctica que va alineada con los contenidos que se imparten.
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