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El objetivo de Hambre Cero y los ODS 2 en 2030: ¿Lo conoces?

13 de mayo de 2022Universitat CarlemanyODS
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ODS 2: Hambre Cero, ¿lo conoces?

El hambre es la mayor causa de mortalidad en el mundo. El planeta nos provee de una gran cantidad de recursos, pero los mismos no son igualmente accesibles para todas las personas, ni se hace de ellos un uso adecuado.  Mediante la incentivación de una agricultura sostenible que incorpore tecnología contemporánea y un sistema adecuado de distribución, podríamos cumplir con el objetivo Hambre Cero. Es decir, que ninguna persona vuelva a pasar hambre en la Tierra.

¿Qué es el hambre 0 y de qué tratan los ODS 2?

Los ODS u Objetivos de Desarrollo Sostenible que forman parte de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, se formularon en 2015 como medio para combatir los grandes problemas globales a los que se enfrente el mundo. El ODS dos es el objetivo Hambre Cero, del que nos ocupamos en este artículo.

En pocas palabras, el objetivo Hambre Cero busca erradicar el hambre en el planeta de tal manera que todas las personas que lo habitan tengan acceso a los recursos alimenticios necesarios. Independientemente de su género, religión, etnia o lugar de nacimiento.

El hambre 0 también se ocupa de la seguridad alimentaria en relación con el sector agrícola, que proporciona un medio para ganarse la vida al 40% de la población mundial, lo que lo coloca en el primer puesto como industria empleadora del mundo.

Y no solo eso, el acceso al suministro eléctrico también se integra en esta meta. Son 4 mil millones de personas quienes no pueden acceder a la electricidad. En su mayoría, habitantes de zonas rurales en países en desarrollo. Este fenómeno, que se identifica como pobreza energética, se comporta en realidad como una barrera fundamental en el proceso de reducción del hambre.

¿Cómo se puede lograr el objetivo del Hambre Cero según el plan de los ODS 2?

Como en el resto de los Objetivos de Desarrollo sostenible, el ODS 2 u Objetivo Hambre Cero, se divide en metas más pequeñas y sobre las que, por tanto, se puede actuar de manera más efectiva. Tal y como las define la propia ONU, dichas metas son:

  • Garantizar el acceso universal y seguro a alimentos nutritivos y suficientes durante todo el año.
  • Erradicar todas las formas de malnutrición. Esto incluye la lucha contra el desarrollo más lento de la infancia, las necesidades nutricionales especiales de la adolescencia, o las que se derivan del embarazo o la lactancia.
  • Doblar la capacidad productiva de las explotaciones agrícolas de pequeño tamaño. Esto incluye asegurar el acceso a la tierra, la formación y el acceso a servicios financieros para población vulnerable, etc.
  • Practicar una forma sostenible de producción alimentaria y prácticas agrícolas igualmente sostenibles. De esta manera, no solo se trabaja en la consecución del Hambre Cero, sino también en la protección de los ecosistemas locales.
  • Mantener la diversidad genética en la producción agrícola. Algo especialmente relevante si tenemos en cuenta que se han pedido alrededor del 75% de la diversidad de cultivos.
  • Invertir en infraestructura rural, investigación en el sector de la agricultura, en tecnología y en genética aplicada a la alimentación. De esta manera, se puede mejorar el sector en los países en desarrollo.
  • Prevenir estrategias de mercado que perjudiquen a la población vulnerable, y asegurar un desarrollo comercial global que responda a principios de justicia y fair play económico.
  • Asegurar la estabilidad del mercado de productos básicos para evitar la volatilidad de los precios de alimentos de primera necesidad.

La ONU expone diferentes maneras de contribuir a la consecución de estos objetivos para gobiernos, empresas y particulares.

Los gobiernos son los encargados de diseñar e implementar los marcos legislativos y administrativos necesarios para que los objetivos se cumplan y no se queden en meras directrices programáticas.

En el caso de las empresas, la ONU ha puesto en marcha el programa Vengadores Empresariales de los Objetivos Globales. Y muestra los casos de éxito de grandes empresas como Kellog's o Kraft Heinz. En la Universitat Carlemany diseñamos nuestro propio plan de acción anual para cumplir con el ODS 2 y el resto de Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Cómo podemos contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2?

Pero grandes empresas e instituciones no son las únicas que pueden contribuir con el objetivo Hambre Cero. De hecho, la ciudadanía también tiene un importante grado de responsabilidad en la consecución de dichos objetivos. Estas son algunas de las acciones que la ONU propone que llevemos a cabo a nivel individual en su Guía de los vagos para salvar el mundo:

La guía se divide en cuatro niveles y empieza por lo que se puede hacer desde el sofá, como dejar de recibir los extractos bancarios o las facturas en papel, o conectar los electrodomésticos a regletas accesibles que puedan apagarse cuando no están en uso.

Pasa a cuestiones algo más activas, pero que pueden llevarse a cabo desde casa, como limitar el consumo de carne y pescado; secar la ropa al aire en lugar de en la secadora, o congelar la comida en lugar de tirarla. Para quienes están pensando en mejorar su formación académica, una forma de hacerlo y colaborar a que se logren los ODS es buscar entidades efectivamente comprometidas con los mismos. Es el caso de los programas de la Universitat Carlemany.

En tercer lugar, se encuentran las cosas que se pueden hacer desde fuera del hogar. Algunas de ellas son comprar en negocios locales o utilizar tazas, vasos y bolsas reutilizables. Planificar la compra es una de las acciones básicas que más dinero ayudan a ahorrar y que más desperdicio evitan. Asimismo, la ONU recomienda preguntar si los restaurantes sirven marisco sostenible, o comprar fruta y verdura de temporada.

La cuarta categoría de acciones individuales que favorecen la consecución del Hambre Cero está formada por todo aquello que se puede hacer desde el lugar de trabajo. Por ejemplo, expresar el apoyo a la desaparición de la brecha salarial, o ayudar a las personas más jóvenes a conocer sus derechos laborales y asistenciales.

El hecho es que lograr la erradicación del hambre a nivel global es un objetivo que afecta a todos los seres humanos. De ahí que este sea el momento de sellar nuestro compromiso personal con él.


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