Unir ambos mundos requiere unos conocimientos muy específicos que se pueden adquirir en nuestro Bachelor Online en Ciencias Ambientales. A modo de introducción, analizamos en este artículo algunas de las claves para promover la vida de flora y fauna silvestre en medio de una gran ciudad.
El concepto de biodiversidad urbana hace referencia al conjunto de organismos vivos que están presentes dentro de los ecosistemas en los que se encuentran las ciudades. En otras palabras, es el conjunto de plantas, animales y microorganismos que viven dentro de una ciudad.
Crear un ecosistema en el que encontremos flora y fauna urbana es posible gracias a una planificación ecológica adecuada. Y, también, es esencial para nuestra supervivencia como especie. Cuanta más biodiversidad haya en cualquier entorno, más estabilidad tendrá dicho ecosistema.
Conseguir un entorno de sostenibilidad ecológica y diversidad es más sencillo de lo que, a priori, parece. Eso sí, es necesario contar con los conocimientos adecuados en ciencias ambientales para hacerlo de forma óptima.
Pero, ¿por qué es tan importante trabajar para conseguir una buena biodiversidad urbana? En general, se resume en que proporciona una mejor calidad del entorno y en consecuencia una mejor calidad de vida de sus ciudadanos, pero vamos a desgranar las principales ventajas detalladamente:
Menor contaminación
En un entorno donde hay más diversidad se reduce la contaminación ambiental y se respira un aire de más calidad. Los árboles, por ejemplo, liberan más cantidad de oxígeno al tiempo que absorben las partículas más contaminantes, impidiendo que las respiremos.
Equilibrio térmico
La vegetación ayuda a mantener una temperatura más equilibrada en las grandes ciudades, donde suele ser más fácil caer en los extremos térmicos.
Más salud física y mental
La evidencia científica ha demostrado que estar en contacto con la naturaleza y con la vegetación disminuye el estrés y ayuda a mantener una buena salud mental.
Abastecimiento de recursos
En las ciudades donde hay más biodiversidad es más fácil encontrar agua, cultivar productos y disponer de los recursos naturales más necesarios. Por tanto, es más fácil planificar los recursos de manera sostenible. Pongamos un ejemplo. Conocer la edafología, es decir, la composición del suelo, permite saber si qué tipo de hortalizas y verduras es más fácil cultivar en una zona. Y, por tanto, es más fácil planificar el abastecimiento de dichos alimentos dependiendo únicamente del entorno.
Uno de los mayores aprendizajes que se obtienen en nuestro Bachelor en Ciencias Ambientales es cómo lograr fomentar la biodiversidad en las grandes ciudades. A continuación, damos unas pequeñas pinceladas:
Es imprescindible diseñar espacios con vegetación para crear un ecosistema diverso que permita sostener el máximo de biodiversidad autóctona posible. Los jardines, parques, y techos verdes son espacios donde las especies animales y vegetales pueden prosperar. La clave es crear pequeños hábitats adecuados para las especies locales.
La sequías son cada vez más frecuentes y se extienden durante un periodo cada vez más largo en España, sobre todo, durante el verano. Por eso, es importante recuperar zonas como las lagunas y los humedales, y mantener en buen estado los cauces de los ríos. El agua es esencial para la vida y para la biodiversidad.
Crear huertos urbanos en los edificios tiene numerosas ventajas en todas las direcciones. Por un lado, permite cultivar productos de forma natural y abastecer de ellos a varias familias. Por otro lado, sirven de hábitat y alimento para muchas especies animales, promoviendo su reproducción. Y, además, trabajar un huerto urbano es una forma de entablar relaciones sociales sanas y educar a los más pequeños en el respeto al medio ambiente.
Las condiciones climatológicas y geográficas de una zona son las que definen qué tipo de especies pueden sobrevivir en ella. Por tanto, es recomendable proteger la fauna y la flora natural local de cada zona, impidiendo que especies invasoras acaben con ellas.
Colocar espacios donde los animales se puedan refugiar, puedan comer, beber y cuidar de sus crías es de gran ayuda para fomentar la fauna urbana. Sobre todo, en las fases iniciales de la recuperación de biodiversidad.
Desplazarte a pie o en bicicleta dentro de una gran ciudad y evitar el uso de vehículos contaminantes también ayuda a mantener la diversidad sostenible. Y, sobre todo, reduce la contaminación.
El diseño sostenible o ecodiseño es otra forma de realizar una planificación ecológica urbana más adecuada. En una ciudad que ya está planificada también es posible introducir elementos que la hagan más sostenible. Por ejemplo, recurriendo a materiales biodegradables a la hora de instalar elementos urbanos, o utilizando energía procedente de fuentes renovables.
El porvenir de las ciudades depende, exclusivamente, del compromiso que adquieran con ellas las personas que viven allí. Estamos a tiempo de convertirlas en espacios con garantías de un futuro sostenible, donde se pueda mejorar la calidad vida de las personas mientras se conserva y se garantiza la continuidad de sus ecosistemas locales.
En la Universitat Carlemany formamos a nuestro alumnado para que adquieran las competencias en Ciencias Ambientales, tecnología ambiental, microbiología ambiental y planificación urbana imprescindibles para recuperar y conservar la biodiversidad en las grandes ciudades.
No es un objetivo imposible, pero sí requiere un plan de acción a corto y largo plazo. Además, es importante lograr que la sociedad se involucre en él. Hacer que nuestras ciudades sean un lugar donde la vida sea más agradable, sana y sostenible está al alcance de nuestras manos. Solo necesitamos personas que nos guíen y lideren este camino hacia un mundo más sostenible.