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La responsabilidad social de la Administración Pública

21 de septiembre de 2021Universitat CarlemanyODS
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La responsabilidad social de la Administración es una obligación vinculante a través de losODS establecidos por la ONU. Esta entrada hace hincapié en las distintas vertientes que trabajan las administraciones.

¿Cuál es la responsabilidad social de la administración?

Lo primero que hay que señalar que el concepto de Responsabilidad Social de la Administración no hace sino trasladar esta realidad que aplican otras empresas o instituciones.

Evidentemente, los gobiernos imponen elementos de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) a través de la legislación. Ahora bien, en este caso se habla, más bien, de lo que hace la Administración como tal, sobre todo a nivel interno.

Esta responsabilidad social se basa en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y, por lo tanto, tiene un carácter ejemplificador. No hay que olvidar que la Administración pública da una imagen a sus ciudadanos de lo que es prioritario para el país. Además, conviene señalar que esta responsabilidad sirve para todos los escalones, tanto local como regional o nacional, según el caso.

Los siguientes ejes que indicamos son ejemplos de cómo la Administración aplica políticas.

  1. Justicia

La justicia es un principio básico que tiene que introducir la Administración en su ejecutoria. Esto sirve para los ciudadanos, que en las democracias no pueden ser discriminados por razones de sexo, origen, raza, orientación sexual o cualquier otra condición.

Eso sí, la segunda cuestión importante a destacar es la del trabajo interno. Un principio de justicia tiene que pasar por un trato correcto con las personas que trabajan con la Administración y ajustado a Derecho. No en vano, esta es la forma de conseguir una Administración de calidad.

La justicia en el trato, aunque sea imperativa en las democracias, tiene que contar con mecanismos de control internos. Por lo tanto, no estará de más que se implementen opciones.

  1. Transparencia

La transparencia es otra de las condiciones básicas que se exigen a los Gobiernos. Lo que sucede es que esto tiene que implicar a los distintos escalones de la Administración.

Los portales de Transparencia sirven para que el ciudadano sepa cuánto se gasta y en qué. Además, también vinculan, en tanto en cuanto sirven para dar publicidad a los contratos de la Administración. Por lo tanto, las Buenas Prácticas pasan necesariamente por la transparencia en las acciones que se realizan. No en vano, la democracia pasa por saber qué se hace y de qué manera

Es importante señalar que esta cuestión no ha de ser aislada. En consecuencia, tendrá que ser una práctica constante y sostenida en el tiempo. No tiene sentido realizar una acción puntual si después no hay una continuidad.

  1. Igualdad de género

La igualdad de género es otro de los aspectos principales de la Responsabilidad Social. Y esto se manifiesta de varias maneras en la Administración.

En primer lugar, hay que señalar que la igualdad de género implica un acceso igualitario a los puestos de trabajo en la Administración. Y, en algunos casos, el establecimiento de cuotas para asegurar la paridad entre hombres y mujeres. Esto está asociado a la idea de la perspectiva de género, que se tendrá que implementar en la Administración.

Por otra parte, también se establecen protocolos internos contra el trato sexista o el acoso. Esta es otra forma de garantizar un trato igualitario entre hombres y mujeres y de evitar comportamientos abusivos.

  1. Inclusividad

La inclusividad es otra de las condiciones básicas que una Administración tiene que cumplir. Eso sí, esto también se manifiesta de varias maneras y con distintas políticas.

La inclusividad, por un lado, se manifiesta a través de la supresión de las barreras arquitectónicas en los edificios públicos. Este punto es relevante, puesto que facilita que las personas con diversidad funcional puedan realizar sus gestiones cotidianas. Una Administración inclusiva es aquella que tiene esta cuestión.

Otro aspecto no menos importante es el del acceso a la función pública para personas con diversidad funcional. La legislación de varios países tiene en cuenta esta cuestión y establece cuotas de acceso para hacer realidad esta idea de inclusividad.

  1. Uso eficiente de los recursos

El uso eficiente de los recursos es otro de los ODS al que se da una importancia decisiva desde la Administración. Y, para lograr ese uso eficiente, se implementan diversas políticas.

En primer lugar, se construyen edificios con materiales sostenibles, que son capaces de retener calor en invierno y de evacuarlo en verano. Y también se busca que los materiales de construcción sean cercanos, con el objetivo de reducir la huella de carbono. Hay que hacer referencia a técnicas de reciente implementación como la construcción con materiales pasivos.

En segundo lugar, y no menos importante, hay que destacar el uso eficiente de la energía. Por ejemplo, modulando el aire acondicionado de las estancias o proporcionando en las cantinas productos de proximidad. Es relevante, pues, que se tenga presente esta cuestión para rebajar el impacto ambiental.

Por otra parte, hay que señalar el uso de recursos sostenibles. Para esto hay que destacar el uso de paneles solares en varios edificios o de otras energías limpias.

  1. Fomento de la empleabilidad indefinida

El fomento de la empleabilidad indefinida es uno de los aspectos de Responsabilidad Social más relevantes. No es baladí recordar, por ejemplo, que no todos los trabajadores de las Administraciones son funcionarios.

Es relevante, pues, que las Administraciones apuesten por la contratación indefinida. Esta política, si se generaliza, sirve para dar un ejemplo de trabajo del día a día estable y contra la precariedad. Al final, la idea de un trabajo digno tiene que plasmarse en la propia Administración, precisamente por su papel ejemplarizante.

Este punto, que muchas empresas privadas exponen como ejemplo de cumplimiento, no debería quedar fuera de la Administración.

Conclusión

La Responsabilidad Social de la Administración es una realidad que, en los próximos años, se va a ir generalizando. Aunque los distintos gobiernos aplican sus propias políticas, la Agenda 2030 sirve como pauta genérica. No está de más, pues, que conozcas los principales ejes que se tienen en cuenta hoy y que serán futuro porque se tendrán en cuenta los próximos años.