El plan de negocio es el documento básico para iniciar un negocio. Por lo tanto, en los estudios de Administración de Empresas (ADE), es un elemento básico. Aquí damos más detalles de qué es y cómo funciona.
El plan de negocio es el documento que sirve de hoja de ruta para el funcionamiento de una empresa. Tiene que hacerse antes de iniciar la actividad y hay que ceñirse a él para alcanzar las metas establecidas. Toda startup tiene que confeccionar antes el plan.
Los planes de negocio pueden utilizarse en situaciones formales, pero también informales. Por ejemplo, en reuniones de networking pueden utilizarse para captar talento o para abrir nuevas oportunidades de negocio. Y esto obliga a que, una vez esté confeccionado, lo tengamos siempre a mano.
Otro aspecto relevante es que los planes de negocio se tienen que actualizar con cierta frecuencia. El motivo es que las circunstancias pueden cambiar, así que una actualización anual entraría dentro de lo razonable. Ahora bien, siempre que se den circunstancias excepcionales que lo requieran, se puede actualizar antes.
Sin embargo, sin planes de negocio, las entidades financieras raramente facilitarán financiación si no hay garantías personales, y las administraciones públicas lo solicitan para conceder subvenciones.
Lo primero que se debe hacer para preparar un plan de negocio es recopilar datos. Hay que describir y conocer con detalle el producto o servicio que se va a vender. Por otra parte, es altamente importante hacer un análisis del mercado, desde sus potencialidades a sus riesgos. Asimismo, debes estudiar la situación financiera.
Y, por supuesto, algo que no puede faltar en los planes de negocio es la previsión de resultados. Se deben establecer objetivos que habría que cumplir. Para ello, previamente hay que analizar toda la información de que se dispone, y hacerlo correctamente. Los objetivos pueden ser ambiciosos, pero tienen que ser creíbles y factibles.
Si lo preparas con diligencia, en pocas semanas puede estar listo el documento. Recordemos que este documento servirá para presentar el negocio a inversores, entidades financieras y/o administraciones. Por lo tanto, el rigor es innegociable.
La estructura de un plan de negocio puede variar en función de la empresa, pero, básicamente, tiene una serie de elementos. Y, por supuesto, se tiene que hablar de la Misión, Visión y los Valores del negocio. Los más importantes son los siguientes:
El resumen ejecutivo permite conocer cuáles son las necesidades y objetivos finales. Se trata de captar la atención desde el principio, aunque el plan se tiene que desarrollar en los siguientes puntos. Por lo tanto, hay que cuidar bien el lenguaje y los principales ítems.
La segunda parte, de descripción del negocio o empresa, sirve para establecer el core business. Es decir, ha de quedar claro qué se quiere proporcionar y cómo vender. Uno de los principales riesgos de los planes de negocio es la indefinición, y esto tiene que quedar claro desde el principio.
El estudio o prospección de mercado es imprescindible para tener una idea real de la coyuntura. Para ello, procede hacer un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Los datos tienen que estar lo más actualizados posible. De esta manera, se realiza un análisis objetivo de las posibilidades de éxito.
Las empresas pueden vender varios productos o proporcionar diversos servicios; en esta parte del plan hay que describirlos todos. Y, como acompañamiento, se tiene que indicar el plan de marketing de cada uno de ellos. Es imprescindible indicar cuáles van a ser las estrategias de introducción en el mercado.
La estructura organizativa y de ventas tiene, también, que indicarse; a esta parte la denominan, también, plan de operaciones. En primer lugar, porque toda empresa ha de contar con un organigrama para saber quién y cómo se asumen las funciones. Asimismo, también hay que hacer referencia a los canales de venta.
La financiación es otro de los puntos clave de todo plan de negocio. Aquí hay que describir, detalladamente, las necesidades financieras y cómo se van a obtener. Se tendrá que detallar si la financiación partirá de recursos propios, de inversores o de aportaciones bancarias. Esta es una parte que, en ocasiones, sirve para persuadir, así que se tiene que explicar bien.
Finalmente, se tiene que hacer un resumen del plan, indicando cuáles son los objetivos y sus aspectos fundamentales. Lo que se pretende es recapitular las ideas principales para que el lector no se pierda. De esta forma, se disiparán las últimas dudas que puedan aparecerle a quien consulte.
Existen numerosos ejemplos de plan de negocio, con o sin gráficos, más detallados o más breves. Lo principal es que la información sea veraz, fácil de entender y persuasiva, en el buen sentido de la palabra.
Es recomendable incluir gráficos de barras o curvas en los planes, porque el efecto visual es más directo; esto es común en los planes de negocio del Grupo Inditex. De todas maneras, sí hay una norma general a cumplir: los gráficos tienen que ayudar a que la información sea más fácil de visualizar, pero no a costa de que esta sea más escasa. En algunos casos, será necesario incluir más texto y, siempre que sea claro, conciso y fácil de entender, es lo correcto.
Por lo tanto, no hay una única pauta a la hora de estructurar los planes de negocio. Más bien, lo que hay que hacer es ver cuál va a ser el target y a quién va dirigido. En algunos casos, necesitarás una información más o menos descriptiva.
El plan de negocio, por muchas razones, es imprescindible para presentar un proyecto empresarial creíble. Por lo tanto, conocer su naturaleza, cómo hacerlo y cómo entenderlo es fundamental para todo profesional de Administración y Dirección de empresas.