Las metodologías de desarrollo de software son vitales para poner en marcha cualquier herramienta digital. El Bachelor en Data Science tiene en cuenta estos conceptos para el manejo de grandes cantidades de datos.
La metodología de desarrollo de software es el conjunto de técnicas y métodos que se utilizan para diseñar una solución de software informático. Es importante señalar que existen varias, de manera que es una decisión de cada equipo.
Trabajar con una metodología es imprescindible por una cuestión de organización. No en vano, los factores tienen que estar ordenados y saber cómo se van a utilizar.
Por otra parte, las metodologías también sirven para controlar el desarrollo del trabajo. Esto sirve para minimizar los márgenes de errores y anticiparse a esa situación.
Otra ventaja de utilizar una metodología es que te hace ahorrar tiempo y gestionar mejor los recursos disponibles. Esto sucede tanto en metodologías a corto como a largo plazo. Cuando te decantes por un sistema, has de tener en cuenta este factor. Al final, uno de los elementos básicos es optimizar los recursos a tu alcance.
Finalmente, hay que hacer referencia al valor añadido. Hay metodologías más costosas, efectivamente, pero que facilitan que el resultado final sea mejor. Cuando tengas que ponderar los pros y los contras, te convendrá saber esta cuestión.
A continuación, te contamos cuáles son las principales metodologías que se utilizan para desarrollar software.
El responsable del desarrollo de software tiene que realizar varias funciones, siguiendo siempre las directrices que le haya indicado el cliente y reportando progresos o incidencias. Además, hay que tener un conocimiento y dominio de distintas herramientas de programación. Veamos...
Existen distintas metodologías de software, en función de cómo se diseña u organiza el trabajo, los tipos de framework, así como de sus funcionalidades. Estas son las 5 más importantes:
El modelo Waterfall, o modelo de desarrollo en cascada, permite organizar el trabajo en vertical, de arriba a abajo. Esto significa que se realiza una actividad por fases secuenciales y que no es posible pasar a la siguiente hasta que no se haya verificado la anterior. La gran ventaja es que cada paso que se dé se hará sobre seguro y eso ahorra tiempo.
La metodología se implantó en la década de 1970 y tiene bien definidas las fases secuenciales. En primer lugar, el análisis de requisitos. El segundo aspecto a trabajar es el diseño de sistema. En tercer lugar, el dise ño de programa. Posteriormente, la modificación. En quinto lugar, el diseño de pruebas. Y, finalmente, las fases de codificación y mantenimiento. Cada fase está debidamente monitorizada, de manera que el avance será efectivo.
Eso sí, conviene señalar que esta metodología de framework no está concebida para cambiarse sobre la marcha. La razón es que los requisitos y presupuestos no se pueden cambiar, así que convendrá hacer números antes. Por lo tanto, es una opción válida si se tiene muy claro lo que se quiere desde el principio.
La metodología de prototipo parte de la base de lo que entenderíamos como un borrador si escribiéramos. El objetivo es realizar un prototipo de software rápido, sin reparar en los detalles.
¿Por qué interesa trabajar así en algunos casos? Precisamente, porque lo que se busca es que los usuarios nos aporten feedback. Y ese feedback puede ser útil en múltiples cuestiones, desde los fallos técnicos a aquellas mejoras que se pueden introducir o, simplemente, a si los usuarios consideran funcional la herramienta. No está de más, pues, que se puedan comprobar estas cuestiones.
Este modelo iterativo permitirá mejorar el producto final y perfeccionarlo. Ahora bien, puede suponer un coste que no estaba previsto porque se harán cambios sobre la marcha.
El modelo incremental tiene en común con el de cascada el trabajo en fases, pero, a diferencia de este, cada fase supone añadir una funcionalidad.
Cuando se trabaja en un modelo incremental, se pueden comprobar fácilmente las mejoras. Es más, se pueden probar estas funcionalidades antes de terminar el desarrollo de la herramienta. Esta es la razón por la que es uno de los modelos más utilizados. Aunque quizás sea un proceso más lento que otras metodologías, se aprovecha mejor el tiempo.
Por otra parte, hay que destacar que se puede trabajar con una parte del software. En consecuencia, no se perderá trabajo realizado previamente.
La metodología en espiral cuenta con cuatro fases distintas y el objetivo es acercarse a lo que desea el cliente. Cuanto más nos acercamos al centro, más cerca estaremos de ello.
La primera fase de esta metodología es la de planificación del proyecto. En segundo lugar, estará el análisis del riesgo. La tercera fase a considerar es la de desarrollo del prototipo. Y, finalmente, estará la evaluación del cliente para dar el visto bueno. El resultado es de buena calidad, porque es el propio cliente el que cierra el círculo dando su validación o indicando si son necesarias otras modificaciones.
Lo que se busca, en definitiva, es comprobar los avances y trabajar con unas bases sólidas. Por esa razón, es una metodología que cuenta con un alto seguimiento.
El Diseño Rápido de Aplicaciones (RAD) es una técnica concebida para desarrollar un buen software en poco tiempo. La clave está en tener en cuenta diversos factores para las herramientas para desarrollo rápido de aplicaciones.
Este modelo, desarrollado en la década de 1990, se basa en determinados ejes. En primer lugar, en la construcción de un prototipo para recibir feedback de los usuarios. Por otra parte, se prioriza la velocidad, lo que expone la herramienta a tener más errores de partida. Finalmente, hay que destacar que el feedback de los usuarios es central para las mejoras.
Tengamos en cuenta que, en un entorno competitivo, responder rápido es fundamental. Y muchas PYMES, hoy, están sacando apps nuevas al mercado. De ahí que la rapidez cuente, y mucho.
Las opciones de salidas laborales para las personas especializadas en desarrollo de software son diversas.
Por un lado, es posible dedicarse al desarrollo de software sensu stricto. En segundo lugar, se puede trabajar en el departamento de desarrollo de una empresa de software.
Otra posibilidad es la de compaginar el desarrollo con el diseño para apps o videojuegos. Ahora bien, para ello es necesario contar con una formación complementaria que permita combinar ambas funciones.
También se pueden prestar servicios de asesoría y consultoría externa. Básicamente, para orientar a empresas o a otros desarrolladores que tengan una idea en mente.
Las personas especializadas en desarrollo de software también se pueden dedicar a la docencia. Y esto incluye la formación reglada, universitaria o las academias.