Los proyectos industriales son aquellos que se llevan a cabo en relación con la producción de bienes y servicios, en sectores como el de las manufacturas, o la tecnología.
El proyecto surge cuando se detecta una necesidad o una oportunidad. Entonces, se necesita poner a disposición los recursos necesarios, se diseña el plan de actuación y se ejecuta.
Hay diferentes tipos de proyectos industriales, y el objetivo de desarrollo puede ser desde una nueva planta de producción a una nueva máquina embotelladora.
Este tipo de proyectos están muy relacionados con el campo de la ingeniería de organización industrial. Lo que nos recuerda, una vez más, la importancia de esta disciplina dentro del sector industrial.
Generalmente, en los proyectos industriales, se suelen seguir una serie de pasos preestablecidos.
Se discute sobre si esta es la primera de las fases de un proyecto o es el germen que da lugar al mismo. En cualquier caso, es un paso que nunca puede obviarse.
Dado que antes de empezar a trabajar en el diseño y ejecución hay que haber identificado un problema o una necesidad que requiere de una solución, será este el que impulse el trabajo a desarrollar.
Detectada la necesidad y la posibilidad de darle una solución, el siguiente paso es evaluar si la idea que se tiene para afrontar el problema es, o no, viable. Para ello, es necesario hacer una evaluación a nivel interno y externo.
En esta fase puede ser interesante elaborar un análisis DAFO que ayude a conocer mejor las debilidades y fortalezas de la empresa, así como las amenazas y las oportunidades que hay para ella en el mercado. Conocer estos datos facilitará saber si realmente interesa entrar de lleno en un proyecto industrial que va a consumir muchos recursos.
Si se estima que el proyecto puede ser viable, también dentro de esta fase, se lleva a cabo un trabajo más en profundidad que definirá lo que será el resultado final.
Esto implica empezar señalando cuáles son los objetivos que se persiguen, a nivel general y específico. Después, se identifican los recursos disponibles. De ahí se pasa a la distribución y asignación de tareas, para terminar planificando el cronograma y el presupuesto.
El resultado será una guía útil que el personal implicado seguirá durante todas las fases de un proyecto hasta convertirlo en algo tangible.
Como su nombre indica, lo que se hace en esta fase es llevar a cabo o ejecutar todo aquello que se ha planificado anteriormente.
El trabajo de los profesionales de la organización industrial no termina con el diseño, sino que se extiende hasta el final del proyecto. En esta fase en concreto, tienen la responsabilidad de supervisar y controlar cómo se está llevando a cabo la ejecución. Esto permite identificar posibles fallos y deficiencias y corregirlos antes de que frustren el proyecto o den lugar a un resultado no deseado.
La siguiente fase es una de las más importantes, porque implica entregar el resultado de todo el trabajo que se ha llevado a cabo hasta ese momento.
Es imprescindible asegurarse de que se cumplen los plazos de entrega pactados, y de que el resultado final se ajusta a lo previsto en un primer momento.
En algunos casos, el proyecto acaba cuando se realiza la entrega al destinatario. Pero, hoy en día, es habitual que los proyectos industriales tengan una última fase.
Entregado el proyecto, la última fase implica hacer un seguimiento y control del resultado, prestando asistencia técnica si fuera necesario.
El objetivo es asegurar que el producto entregado se amolda a lo deseado y cumple la finalidad para la que fue diseñado.
A fin de llevar a cabo las diferentes fases de un proyecto de tipo industrial, hay que elaborar una serie de documentación que apoyará el trabajo a realizar.
Este documento recoge los planteamientos iniciales. Lo habitual es que figuren en él el problema o necesidad detectada y las posibilidades de solución.
Una vez elegida la solución que se va a diseñar, la memoria se encarga de detallar aspectos esenciales como:
Las actividades y los procesos que se van a ejecutar.
Cálculos relacionados con todos los componentes.
Planificación y programación de las actividades a realizar.
Otras consideraciones relacionadas con la ejecución.
En muchos proyectos industriales, los planos están entre los documentos más importantes que se elaboran. En ellos se puede consultar información detallada sobre el proyecto.
Es el documento más importante a nivel contractual. En él se establecen cuestiones técnicas, administrativas, legales y económicas.
En caso de surgir cualquier desavenencia entre las partes, es precisamente este pliego de condiciones el que se va a emplear como marco de referencia para exigir responsabilidades.
Determina cuál es el coste total del proyecto. Para que sea lo más ajustado posible, es habitual establecer un presupuesto para cada fase.
Elaborada toda la documentación anterior, se redacta un documento que sintetiza lo acordado y las fases que se van a llevar a cabo.
Las fases de un proyecto son siempre las mismas, pero su contenido varía en cada ocasión porque cada proyecto es único. ¿Te gustaría ayudar a las empresas a ser más eficientes? Puedes convertirte en especialista en esta materia con nuestro Bachelor en Ingeniería en Organización Industrial.
Doctor en Mecánica de Fluidos.
Ingeniero Aerospacial. Ingeniero de patentes en Bartdehle Pagenberg S.L y en Duran-Corretjer SLP. Investigador en la Universidad de Southampton y en el laboratorio Heard.
Experiencia docente de Física y Matemáticas en las Universidades de Edinburgh y Southampton. En su profesión, intenta vincular al máximo conceptos y problemas de Física Clásica con problemas del día a día a los que nos enfrentamos.
Asignaturas que imparte: