En este artículo que nos ocupa hablaremos precisamente de esto: de las dietas milagro. En un Bachelor en Psicología se tratan las consecuencias psicológicas de estas dietas.
Las dietas milagro, por decirlo de forma muy resumida, son aquellas que hacen la promesa de que, siguiéndolas, se pueden perder muchos kilos de una manera muy rápida o sin esfuerzo. Esto no solo es un engaño porque no funciona, sino que también puede llegar a ser peligroso para la salud.
Es importante señalar que estas surgen de la fijación que las personas tienen ahora por conseguir lo que en muchos círculos se llama el peso ideal. En realidad, es obsesión por verse delgados, no por estar saludables.
Aunque existen muchos tipos de dietas milagro o dietas mágicas, todas ellas presentan algunos aspectos comunes, como puede ser lo antes mencionado de conseguir unos resultados rápidos y sin esfuerzo. Otro aspecto de este tipo de regímenes es que son muy excluyentes; lo que quiere decir que, por lo general, se basan en prohibir determinados alimentos o grupos de ellos.
Las dietas milagro, por otro lado, también proporcionan un listado de alimentos buenos y alimentos malos, al tiempo que asignan una calidad excesiva a la realidad establecida por la ciencia de algún nutriente en concreto.
Por último, pero no menos importante, una de las principales características de estas pautas alimenticias es que, por lo general, suelen prescribir la ingesta de productos dietéticos con unas propiedades imprescindibles para perder peso.
Como decimos, hay muchísimas dietas conocidas. Algunos ejemplos son la llamada dieta de la alcachofa, la dieta Dukan, la de los zumos, o la de la piña, entre otros. Seguirlas puede derivar en algunas consecuencias muy negativas para el organismo; repercusiones de las que hablaremos más adelante.
Este tipo de dietas milagro son las más conocidas y debes conocerlas. Toma nota, que esto te interesará:
La teoría de las dietas disociadas (las hay de varios tipos) es que, en una misma comida, no se deben mezclar determinados alimentos, generalmente no hacer coincidir proteínas con hidratos de carbono. Lo cierto es que en la nutrición hay que relativizar mucho este principio, puesto que cada metabolismo funciona de forma distinta y la cultura de cada pueblo demuestra que existen variaciones muy interesantes. Algunas dietas disociadas son la de Montignac, la del ejército israelí o la Shelton.
Las dietas hiperproteicas se basan en un consumo excesivo de proteínas de origen animal, generalmente, que servirían para compensar el resto de los grupos alimenticios. La dieta más conocida de este tipo es la Dukan.
Las monodietas se centran en un único alimento. Son potencialmente peligrosas, porque la nutrición enseña que, para tener una alimentación equilibrada, es necesaria la variedad de alimentos. Una de las monodietas más conocidas es la dieta de la piña o la sopa quemagrasas.
Una dieta de adelgazamiento implica, obviamente, un déficit de ingesta de calorías sostenido en el tiempo. Ahora bien, cuando ese déficit rebasa un extremo, puede convertirse en peligroso. Un ejemplo son las dietas líquidas.
Los riesgos y peligros de las dietas milagro son varios, por eso conviene tenerlos en cuenta. Son estos:
El efecto rebote es uno de los principales problemas de estas dietas. Piensa que el peso que se pierde rápido se puede recuperar igualmente en poco tiempo, y a veces por encima del peso inicial.
Las dietas tienen un déficit de calorías si son de adelgazamiento. Ahora bien, este tipo de dietas tienen, también, un déficit nutricional porque no son equilibradas. Por eso, mantener una nutrición equilibrada es fundamental.
El metabolismo también puede tener una alteración con determinadas dietas. Sobre todo, cuando hay déficit de determinados alimentos o, simplemente, consumes uno. Eso puede ser potencialmente peligroso, tanto en el ámbito digestivo como en el energético.
Los problemas psicológicos y de autoestima también se derivan de una dieta milagro. No en vano, la falta de nutrientes influye en la generación de hormonas relacionadas con el estado de ánimo.
Hay algunos elementos que te ayudarán a identificar una dieta milagro. Estos son los principales:
estas dietas tienen, siempre, carencias de algún grupo de alimentos básicos. Si elimina los hidratos de carbono, las vitaminas o determinado tipo de proteínas, por poner tres ejemplos, hay que desconfiar. Esto solo se podría hacer en caso de alguna dolencia y con supervisión.
la falta de alimentos básicos trae consigo un desequilibrio nutricional. Ponte alerta ante aquellas dietas que solo se centran en un tipo de alimento.
las dietas efectivas son aquellas que, a lo largo del tiempo, permiten perder peso de forma sostenida. De lo contrario, también deberías desconfiar para evitar el efecto rebote futuro.
Si se cumplen estas condiciones, habrás identificado una dieta milagro. A partir de ahí, podrás buscar otras posibilidades.
Es posible perder el sobrepeso que puede resultar perjudicial a nivel de salud. Para ello, lo ideal es aprender a comer, y si es necesario, acudir a un profesional para que proporcione las pautas adecuadas para llevar una alimentación adecuada y equilibrada. La planificación de dietas es fundamental.
Es mucho más sencillo aprender a comer cuando se cuenta con ayuda, y por esa razón son muchas las personas que optan por buscar una alimentación equilibrada y seguirla a largo plazo. De ese modo, se garantiza que la ingesta de nutrientes y vitaminas es la adecuada para que el cuerpo alcance un nivel óptimo de bienestar. La dietoterapia es otra de las opciones.
Por otro lado, cualquier dieta equilibrada incluirá alimentos de origen vegetal. Algunos ejemplos de estos alimentos pueden ser la fruta y las verduras.
Un nutricionista enseña la mejor forma de alimentarnos, y hábitos que son posibles de continuar. Al contrario que las dietas milagro, que son tan restrictivas y duras que es imposible seguir con ellas durante mucho tiempo.
Sin duda, la mejor forma de combatir el sobrepeso es llevar un estilo de vida saludable y una buena dieta, equilibrada, y con los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
La única manera de perder peso es con seguimiento profesional. Las dietas milagro no solo no funcionan, sino que pueden ser dañinas para la salud. Siempre es bueno consultar con un dietista-nutricionista para que diseñe un plan de alimentación adecuado a las necesidades de cada persona.
La pérdida de peso requiere tiempo y esfuerzo, y para hacerlo de una manera saludable es mucho mejor ponerse en mano de especialistas. No se puede olvidar que la dieta que mejor funciona es aquella que ayuda a mantener un peso que se mantiene en los límites de lo saludable. Por supuesto que se puede perder peso, pero siempre adoptando hábitos que no perjudiquen la salud.