Los avances tecnológicos pueden ser herramientas útiles que nos ayuden a cuidar del medio ambiente y reducir el impacto en el ecosistema mundial. El uso de materiales reciclables y biodegradables, energías renovables y tecnologías verdes respetuosas con el planeta son soluciones que pueden ayudarnos a reducir la huella ecológica.
La revolución digital ha venido acompañada de avances científicos y tecnológicos que han cambiado la forma de vivir en la tierra. Sin embargo, los cambios tecnológicos, la fabricación de productos, su utilización y su vida útil suponen un gran impacto ecológico que hace obligatorio optar por modelos más amigables con el medio ambiente.
Y todos ellos han de estar vinculados con los ODS (Objetivo del desarrollo sostenible) de la ONU en la Agenda 2030. Su finalidad, después de todo, es la de asegurar la prosperidad y mejora del desarrollo sostenible con desarrollos tecnológicos que ayudan a preservar la salud del planeta.
En la Universitat Carlemany podrás tener acceso a nuestro Bachelor en Ciencias Ambientales para comprender los avances tecnológicos actuales y futuros para preservar el medio ambiente y tener un planeta más sano.
Bien utilizada, la tecnología disruptiva puede convertirse en un aliado valioso para conservar el medio ambiente. Es más, cada vez son más los profesionales, empresas y voluntarios dentro del campo de la ciencia y la tecnología que se especializan en el diseño y la creación de soluciones ambientales.
El objetivo de estos proyectos es reducir la acción del humano en el entorno. Y para ello se crean tecnologías e inventos creativos y de muy sencilla aplicación. Algunos ejemplos y estrategias que podemos encontrar son:
Puede parecer inverosímil, pero no lo es. Hay bacterias que convierten los tóxicos que consumen y los transforman en un compuesto sin peligro. Este hallazgo es una investigación llevada a cabo por la Universidad Autónoma de Barcelona, de la mano de Ernest Marco-Urrea, que logró reproducir la bacteria en un laboratorio. Según su estudio, estas bacterias únicamente viven en entornos contaminados, puesto que se alimentan de los residuos. Por ello, el lugar donde se analizaron las primeras muestras fue en el río Besós, uno de los más contaminados de Europa. Aplicar este descubrimiento permitirá limpiar las toxinas de los acuíferos.
La condensación de vapor de agua hace que una máquina produzca 5.000 litros/día a la atmósfera con 40ºC y humedad del 10%. Este proyecto, AQUAER, es obra de Enrique Veiga, un ingeniero de 75 años. Con este invento, podemos ayudar a cuidar el medio ambiente y conseguir agua potable en zonas áridas.
Sedaqua recibió en 2015 el Premio Innova Emprende dado por la Fundación Aquae gracias a su sistema de depuración de agua utilizando humedales artificiales y una digestión anaeróbica. Este sistema tiene un mantenimiento sencillo, con bajo consumo de energía y es 100% ecológico, ya que no requiere de productos químicos.
Además, permite su integración total en el paisaje, por lo que elimina la imagen de las depuradoras de agua. Fue desarrollada por la Universidad de A Coruña y su tesis se puede leer en la web de Aquae.
Con la tecnología e internet es posible leer ya la mayoría de medios de comunicación y prensa de manera digital. Su función es similar a la de un periódico tradicional en papel, pero permite una lectura mucho más cómoda. La pantalla contiene millones de microcápsulas que transportan cargas eléctricas unidas por una fina hoja metálica acerada. Cada microcápsula tiene partículas negras y blancas vinculadas con cargas positivas y negativas y, en función de qué carga es aplicada, las partículas negras y blancas se hacen visibles mostrando distintos patrones.
Esta idea en un principio no tuvo éxito en el mundo moderno. Y eso que ya teníamos un antecedente en la leyenda en los jardines colgantes de Babilonia. Pero la situación ha cambiado, puesto que se ha demostrado que estos jardines suponen grandes beneficios. Ayudan a absorber el calor y a reducir el impacto de CO2 en la atmósfera mediante su conversión en oxígeno. Asimismo, también absorben el agua de lluvia y minimizan en verano la utilización de aires acondicionados.
Las olas son una inagotable fuente de energía, que pueden ser guiadas hacia turbinas para transformar la energía mecánica en eléctrica (energía mareomotriz). Tiene un inconveniente en su implementación, que es la aleatoriedad en cuanto al tamaño y fuerza de las olas. La clave está en poder almacenar la suficiente energía en los momentos en que el mar esté en calma. En Portugal ya se está desarrollando este proyecto, que podría abastecer con energía a más de 1.500 casas.
Esta tecnología es simple y puede ayudar a reducir el uso de combustibles fósiles. Cualquier desecho con carbono, desde un neumático hasta restos de animales, se pueden convertir en combustibles al ser sometidos a suficiente presión y calor. Este proceso es denominado Despolimerización Térmica y es similar al proceso natural que crea los combustibles fósiles como el petróleo. Salvo que, en lugar de esperar miles de años y condiciones extremas de calor, esta tecnología logra los mismos resultados en horas. Cabría analizar, eso sí, si el coste económico y energético que supone, compensa.
Bien es cierto que los paneles solares fotovoltaicos no son algo nuevo, aunque siguen siendo una tendencia en las tecnologías respetuosas con el medioambiente y cada día son más eficientes. Permiten transformar la radiación UV en electricidad. Y se usa para alimentar en consumo doméstico en los hogares, aunque también se pueden ver en otros objetos y productos.
Permite reducir el empleo de agroquímicos en cultivos al minimizar la utilización de insecticidas y herbicidas para controlar las plagas. Los cultivos, en su lugar, se protegen mediante sistemas naturales como la biofumigación y el biocontrol. Este último es un método que consiste en eliminar plagas utilizando organismos naturales (hongos y bacterias) en lugar de químicos. Cabe decir que otra forma de reducir el uso de agroquímicos consiste en el desarrollo de medidas para acabar con la agricultura intensiva, especialmente el monocultivo.
Los smartphones consumen bastante energía al tener que recargarse casi a diario (o incluso más). Para romper este gasto, el instituto alemán Fraunhofer ha creado un teléfono que puede recargarse mediante paneles solares con una exposición de 2 o 3 horas al día. Todo esto ayuda a ahorrar energía eléctrica y el uso de menos recursos en su producción.
¿Quieres saber más sobre los avances tecnológicos que pueden ayudarnos a mejorar el medio ambiente? En la Universitat Carlemany podrás estudiar el medio ambiente para un futuro mejor.