En los últimos tiempos hemos comprobado que las competencias sociales se han convertido en un tema que atrae a la población en general, y no solo a los profesionales de recursos humanos o de la psicología. Parece que asertividad y empatía han pasado a ser cualidades deseables en diferentes perfiles profesionales y también en las relaciones personales. En nuestro Bachelor en Psicología formamos a profesionales que valoran, al igual que nosotros, estas competencias tan importantes. Y además son capaces de definirlas, evaluarlas y entrenarlas desde el ejemplo.
A pesar de que estos conceptos se pueden confundir en la práctica, es conveniente diferenciarlos. Ya que la asertividad incluye como condición el ser tolerante y, sin embargo, se puede ser tolerante sin llegar a ser altamente asertivo. Comenzamos definiendo la asertividad y después la tolerancia para poder apreciar las diferencias.
De manera general, se define la asertividad como la habilidad social que nos permite la expresión de nuestros derechos, ideas, sentimientos, opiniones y necesidades. Además, esta expresión se realiza de manera consciente y honesta, sin por ello llegar a perjudicar a los demás. Para ser una persona asertiva, es necesario que actuemos desde una autoconfianza y autoafirmación interior. Y, por el contrario, que evitemos hacerlo desde la emoción que limita, como puede ser la ira.
La idea que sustenta la asertividad parte de que toda persona tiene unos derechos que deben ser respetados. La asertividad no pretende imponer ni convencer, lo que persigue es que cada persona se comporte de manera coherente a su forma de entender y vivir, con respeto. De este modo se mejora la autoestima y se alcanzan comunicaciones y relaciones interpersonales exitosas.
Existen tres áreas que definen en su conjunto la auténtica asertividad y son también, de algún modo, objetivos de la misma:
: expresar nuestras opiniones y defender nuestros derechos.
: expresar nuestro desacuerdo de manera adecuada. También ayuda a gestionar las críticas recibidas y emitidas.
: favorece la expresión de sentimientos de agrado hacía y a los demás.
Entrecomillamos los términos positivos y negativos, ya que los sentimientos no tienen esa carga en sí, pero sí las conductas asociadas a ellos.
Dentro de la Psicología, se emplea este concepto para definir cuestiones bien distintas, hacemos aquí la distinción para que permita su mejor comprensión.
Por lo tanto, aunque la asertividad requiere de tolerancia para ser completa, la tolerancia no tiene por qué ir más allá de la aceptación del otro.
Una vez definida la asertividad, queremos ver qué la diferencia de la empatía, por ello vamos a explicar qué es y realizar una reflexión a modo de conclusión.
La empatía no es solo "ponerse en el lugar del otro", no. Consiste en comprender la vida emocional de otra persona. No es necesario entender ni compartir aquello que le lleva a sentirse así, tampoco se trata de estar de acuerdo con su manera de expresar las emociones ni la intensidad. La empatía está relacionada con la comprensión y el ser capaz de dar apoyo emocional o consuelo. Para lograrlo, es necesario identificar qué le sucede, qué siente y hacerlo "desde fuera". Hay que ser capaz de tomar perspectiva afectiva y cognitiva.
Entonces, la empatía nos ubica con relación al otro, haciéndolo protagonista de algún modo y la asertividad pone el foco más en nosotros mismos.
Entonces, asertividad y empatía parecen ser dos cualidades o competencias ideales para la conducta prosocial. La asertividad nos permite mostrarnos y expresarnos de manera saludable. Nos libera al permitir que expresemos nuestras opiniones y defendamos nuestros derechos sin que haya consecuencias negativas para otras personas. Y, por otro lado, el ser personas empáticas facilita que podamos comprender mejor a las demás personas sin emitir juicios y siendo así apoyo y facilitadores.
La tolerancia ayuda a que seamos asertivos y empáticos, aunque no es la cualidad que más peso tenga en dichas competencias sociales o interpersonales.
En el momento en que mejoramos nuestra asertividad, se producen unos cambios positivos en nosotros, algunos de ellos:
Las personas que muestran mayor nivel de empatía también disfrutan de beneficios en su vida, aquí los principales:
En la Universitat Carlemany sabemos que la asertividad y la empatía son imprescindibles y predictoras del éxito en las relaciones personales. Es por ello que en todas nuestras formaciones las reforzamos y ponemos en valor. Si bien es cierto que en nuestro Grado de Psicología su protagonismo es mayor porque se convierten en herramienta de intervención y en objetivo a alcanzar. Visita nuestro programa de Psicología si te interesa mejorar la sociedad y mejorar la calidad de vida de otras personas.